Sissi emperatriz, historia de una rebelde

La verdadera historia de Isabel de Baviera en nada tiene que ver con aquella que el cine ha querido mostrar de esta soberana del siglo XIX. Su vida no fue idÃlica ni un cuento de hadas, si no más bien fue una lucha constante por cambiar el orden establecido de la época convulsa que como emperatriz le tocó vivir.
Sissi emperatriz, a la derecha
Sissi emperatriz
Isabel de Baviera, más conocida como Sissi, nació en Múnich el 24 de diciembre de 1837 con el tÃtulo de Alteza Real al ser su padre el duque Maximiliano de Baviera y su madre la princesa Ludovica, hermana de la Archiduquesa SofÃa, -madre del emperador Francisco José de Austria-.
La vida de Sissi transcurrÃa placentera en el palacio de Possenhoffen, donde residÃa la familia. Sin embargo y pese a su condición de princesa, sus padres la mantuvieron alejada de la corte hasta que a los 16 años tuvo que acompañar a su madre y a su hermana mayor, la princesa Elena de Baviera -a la que todos apodaban Nené-, a la residencia de verano que la familia imperial poseÃa en Bad Ischl. El encuentro entre ambas familias no tenÃa otro fin más que casar a Nené con Francisco José que acababa de convertirse en emperador de Austria en 1848, tras producirse la Revolución AustrÃaca ese mismo año.
Sin embargo los deseos de ambas familias quedaron truncados al elegir Francisco José a Sissi como esposa, bajo la desaprobación de la archiduquesa SofÃa, que mantenÃa que Sissi era todavÃa una niña incapaz de gobernar un imperio. Francisco José y Sissi se casaron el 24 de abril de 1824, cuando Isabel solo tenÃa 15 años y sus deberes como nueva soberana la pondrÃan bajo la estrecha mirada de su suegra.
Educada en un ambiente meramente rural, pronto comenzó a tener problemas en la corte vienesa. El estricto protocolo bajo el que se regÃa la familia imperial supuso para Sissi un esfuerzo Ãmprobo por cumplir con éste por lo que comenzaron los verdaderos problemas entre Sissi y su suegra.
Sissi emperatriz, dormitorio en el Palacio Hofburg
El matrimonio entre ambos no era lo que habÃan querido. Si bien Francisco José amaba de verdad a Sissi, esta no le correspondÃa de igual modo, por lo que Sissi comenzó a buscarle amantes, hecho que se podrÃa decir entristeció al emperador.
Pese a esto el matrimonio comenzó a tener hijos nada más casarse. El primero fue una niña, SofÃa, que murió a los dos años, lo que produjo en Sissi una profunda tristeza de la que nunca se recuperarÃa. Le siguieron Gisela y Rodolfo. Todos los hijos de la pareja fueron educados por la archiduquesa SofÃa que consideraba que tenÃa más experiencia que Sissi a la hora de educar a los niños, ya que para SofÃa, Sissi todavÃa seguÃa siendo una niña.
La última hija del matrimonio nació en 1868, diez años más tarde que Rodolfo y según se dice, Sissi mostró por su hija pequeña una adoración que no habÃa sentido por sus otros hijos.
Sissi emperatriz, Obsesiones de la emperatriz
Como hemos dicho, Sissi no fue nada convencional. Su vida giraba en torno a un tumulto de actividades que se consideraban extremas en la corte vienesa.
Obsesionada con su fÃsico, la emperatriz sufrÃa lo que hoy conocemos como anorexia. HabÃa hecho instaurar en sus aposentos un gimnasio para practicar con las anillas, paseaba durante largas horas al dÃa hasta acabar exhausta y se obstinó en mantener la misma figura toda vida la vida a pesar de sus cuatro embarazos. Pesaba menos de 50 kilos pese a su altura de 1,72.
Sissi emperatriz, anillas para gimnasia
Por otro lado era una viajera incansable. En la isla griega de Corfú mandó construir un palacio al que ella consideraba su verdadero hogar.
Sissi emperatriz, palacio de corfú
HungrÃa fue también su obsesión. Se empeñó en aprender húngaro, que para ella era un idioma mucho más bonito que el alemán. Su incasable amor por este paÃs la convirtió en la precursora de la unión de ambos paÃses convirtiéndose tanto ella como Francisco José en reyes de HungrÃa en 1867, creándose de este modo el imperio Austro- Húngaro.
Sissi era sin duda una mujer muy culta y avanzada para su tiempo. Toda su fortuna la donó a un banco suizo para que sus familiares pudiesen vivir en el destierro. Tuvo sin duda una plena visión de futuro.
Sissi emperatriz, asesinada por Lucheni
Su muerte, en 1898, consternó al mundo entero, al ser tan rápida e inesperada. Mientras paseaba con su dama de compañÃa, la condesa Irma Sztáray en Suiza, un anarquista le clavó un pequeño estilete en el corazón. Si bien Sissi no se habÃa dado cuenta del suceso, fue ya en el barco cuando se percató de que la herida era mortal.
MorÃa asà una emperatriz incomprendida para su tiempo, una mujer valiente y decidida y a la vez una mujer acosada por sus propios fantasmas. Está enterrada junto a su hijo Rodolfo y a su marido el emperador Francisco José en la Cripta de los Capuchinos, o Cripta Imperial de Viena, donde nunca quiso ser sepultada.
Autor: Lu Luengo para revistadehistoria.es
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