Ximena Blázquez, la mujer que defendió Ávila de los musulmanes

Son poco conocidas las historias de las heroínas de nuestra historia, y siempre guardan un ápice de leyenda que desfigura la veracidad de los acontecimientos. Un caso de heroicidad femenina lo encontramos en Ximena Blázquez, natural de Ávila, que supuestamente defendió las murallas abulenses de los invasores musulmanes durante el período de la Reconquista. Fueron aquellas murallas, construidas a partir de los muros romanos que ya había en la ciudad, las que protegieron de las amenazas musulmanas a partir de la orden del rey Alfonso VI de Castilla de reconstruir el sitio por medio del conde Don Raimundo de Borgoña casado con su hija Doña Urraca.
Contra todo pronóstico, la figura de Ximena Blázquez es la menos conocida fuera de la ciudad de Ávila en comparación con otras mujeres que compartieron nacimiento en el mismo lugar como es el caso de Santa Teresa o Isabel La Católica.
Ximena Blázquez. El abandono de Ávila por parte de los soldados
No se sabe con certeza si fue en el mes de Julio o en Noviembre cuando los soldados abulenses habían salido de Ávila para luchar contra los musulmanes en dirección hacia el Puerto de Menga allá por el 1108-1109(Según las fuentes el acontecimiento se dio en el año 1109, pero la estatua en honor a Ximena Blázquez y otros datos recogidos se tiene en cuenta la fecha de 1108), en pleno reinado de Alfonso VI de Castilla, dejando desprovista de guarniciones y efectivos la ciudad en una época convulsa donde los invasores no se detenían en su avance para luchar contra las glorias y territorios reconquistados por los cristianos. Según recogen las fuentes aquel error sirvió a los batidores para informar a los musulmanes de la indefensión de Ávila, pero lo que no sabían es que dentro de sus murallas una mujer de nombre Ximena Blázquez estaba preparando a los pocos hombres que quedaban, junto a niños, ancianos y mujeres para simular un ejército que pudiese fingir ser efectivo e inquietante a ojos de los moros, que estaban dirigidos por Abdalla Alhazen, al servicio del califa de Córdoba. Se presentaba ante los musulmanes la ocasión perfecta para atacar la ciudad, ya que la única manera de penetrar aquellas troyanas murallas era con un largo asedio o mediante aquella ocasión que les era propicia. Aparentemente todo estaba a favor de Abdalla Alhazen para la ocupación de Ávila.
La astucia de Ximena Blázquez
Ximena Blázquez había adoptado el papel de gobernadora en ausencia de su esposo Fernán López Trillo, alcalde de la ciudad, que junto a sus hombres había partido lejos a batallar. Aquella fémina de armas tomar ordenó vestir a todas las mujeres con las indumentarias, espadas y escudos de sus esposos, además de ocultar sus atributos bajo holgadas cotas y armaduras y su pelo largo bajo los yelmos y los cascos de metal. El objetivo no era otro que el de aparentar ser un gran número de soldados los que defendían aquella plaza, ocupando las murallas de la ciudad encendiendo hogueras, teas y antorchas. Una de las noches, una pequeña escaramuza de escuderos abulenses se coló en los reales de Abdalla Alhazen con el objetivo de hacer cundir el pánico. Las trompetas y los gritos de guerra no se hicieron esperar por parte de los ciudadanos de Ávila desde las murallas. Se dice que la propia Ximena ocupó la Puerta de San Vicente con el mismo objetivo que tuvieron asignado el resto de ciudadanos.
Ximena Blázquez. La derrota musulmana
Abdalla Alhazen, posiblemente compungido por el mal informe que había recibido sobre el hecho de que la ciudad estuviese desocupada, tuvo que ordenar la retirada; derrotado y humillado por un ejército no profesional que se valió de la astucia de una mujer y no de la fuerza de un hombre sin necesidad de derramarse una sola gota de sangre.
El reconocimiento de Ximena Blázquez
A raíz del acontecimiento, cuando regresaron los soldados a sus hogares, y reconociendo su valentía, su astucia y su fidelidad a la corona de Castilla, Ximena Blázquez y sus futuros descendientes tuvieron a partir de entonces voz y voto en el Concejo, que era una asamblea vecinal donde se debatían asuntos relativos a ganadería, agricultura, administrativos o judiciales. No hay una documentación de rigor e irrefutable acerca del posible asedio musulmán a la ciudad fortificada y amurallada, pero lo que sí se puede dar como cierto son las constantes incursiones musulmanas, que con toda seguridad afectaron a Ávila y a sus habitantes.
En la estatua dedicada a Ximena Blázquez en la Plaza de San Miguel de Ávila se puede ver una escultura de aquella mujer que aterrorizó a los invasores musulmanes portando las llaves de la ciudad sobre una inscripción que dice lo siguiente:
Año 1108. Noche Oscura.
Ávila sitiada por los moros
Y los hombres están lejos.
Ximena Blázquez reparte
A sus mujeres, ancianos
Y niños por el Adarve, encienden
Hogueras y arman un gran ruido.
Los asaltantes huyen atemorizados
Autor: Tito Batán para revistadehistoria.es
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