Tras la recepción de una cantidad de quejas que supera las 3.975.864 de manera anual, la sección de protocolo del Comité Interdimensional de Ultratumba ha tenido la gentileza de redactar este informe.
Parece ser que existen usuarios que consideran que esta guía es difícil de comprender. Algunos comentan que el hecho de que un manual destinado a informar y ofrecer clarificaciones resulte de lectura hermética va en contra de la misma función del susodicho manual.
Desde el Comité Interdimensional de Ultratumba nos gustaría comunicar a estos usuarios de que no podemos responsabilizarnos de ninguna de las maneras de sus carencias en los ámbitos de la comprensión lectora y/o la agudeza visual, por no hablar de la capacidad de procesado de información que cada ser debería poseer. La responsabilidad individual tiene cierta importancia mientras aún se esté vivo, pero es de capital importancia en todas las etapas y fases posteriores.
Estamos hartos de recibir excusas del calibre de “no aprendí a leer en vida”, “nunca he aprendido este idioma” o “tengo tres años”. Y no es conveniente hartar a los funcionarios, que son quienes detentan la mayor parte del poder efectivo en el mundo superior y también en el de los vivos. Estas excusas no convencen a nadie: si usted ha fallecido en un estado de analfabetismo o ceguera ectoplásmica, recibirá el texto de manera auditiva directamente en su cerebro, o lo que quede de este, a medida que vaya pasando las páginas.
Por lo tanto, el Comité Interdimensional de Ultratumba ha decidido no realizar absolutamente ninguna modificación en el texto de este manual, que ha sido adecuadamente homologado por la Asociación de Difuntos Añejos, por el Misterio de los Interiores, por la Liga de Entidades Parcialmente Corpóreas y por el Instituto Transectoplásmico de Energías Residuales.
Atentamente,
Comité Interdimensional de Ultratumba
LAS MAYORES VENTAJAS DE LA MUERTE SOBRE LA VIDA
1: La gran organización de nuestro sistema burocrático, que por sí sola justificaría cualquier tránsito por doloroso, agónico, lamentable o humillante que este resultara.
2: La calma chicha. Carecer de la mayor parte de pulsiones corporales produce, ya lo comprobará en breve, un inigualable sosiego. Si no nos cree, siga leyendo.
3: La drástica reducción de sus anteriormente tediosos hábitos diarios. Ya no tendrá que escoger qué ropa ponerse, puesto que siempre llevará la misma; también se terminaron las lavadoras, secadoras, quitamanchas, tendederos y planchas. No necesitará decidir qué hacer de comida, ni molestarse en bajar a comprar, ni acarrear pesadas bolsas, ni cocinar, ni fregar; no tendrá que pagar una fortuna para que otros cocinen en su lugar ni dejar una sola propina más.
4: La falta de expectativas. Tenga usted en cuenta que, debido a la lamentable carencia de ubicuidad de los vivos, combinada con lo ridículamente efímero de su existencia, la mayor parte jamás conocerán al amor de su vida, ni descubrirán el que habría sido su plato preferido, ni podrán disfrutar de los lugares, las ocupaciones o amistades que más habrían podido satisfacerles en el periodo que se supone está destinado a ese fin. A quien le diga que la muerte es injusta, cuéntele lo que recuerda de su vida.
5: El final de los engaños acerca de un hipotético mundo mejor en el que se darían rienda suelta a todos sus efímeros caprichos de persona viviente.
6: Aquí no existen los dilemas, solo las malas decisiones que no serán culpa suya (pero le serán recriminadas de todas formas). Se acabó tener que decidir si se divorcia, si deja el trabajo o si se sigue hablando con el cretino de su cuñado. Todas esas molestas decisiones ya han sido tomadas por nuestro eficiente sistema interdimensional, que normalmente desestimará sus reclamaciones porque sabe mucho mejor que usted que ya se le pasará el berrinche. Los siglos todo lo curan.
7: La agradable decoración extralongitudinal y esmerada limpieza de los espacios comunes.
8: Nunca tendrá que volver a usar un retrete público ni recibir esa vaharada de lejía al entrar en la ducha de un gimnasio o una piscina comunitaria.
9: Se acabó fingir amabilidad, paciencia e incluso orgasmos. Las falsedades socialmente requeridas han quedado en un mundo peor (probablemente).
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